Title Image

Tarma, un destino para conocer con mamá

Tarma, un destino para conocer con mamá

Recorrer sus extensos y bellos campos de flores, sus grutas misteriosas, apreciar su artesanía mundialmente reconocida y su religiosidad, es una experiencia maravillosa.

 

Bellos paisajes, grandes grutas, reconocidos artesanos y por supuesto las más hermosas flores. Eso y más es Tarma, una pintoresca provincia de fértiles valles ubicada en la sierra de la región Junín, que debido a su incomparable belleza es conocida como “La Perla de los Andes”.

La localidad se encuentra a 3.045 m.s.n.m. en un valle donde las iglesias y las flores son el mayor atractivo. De hecho, en Semana Santa y durante el gran homenaje al Señor de los Milagros, en octubre, las calles de Tarma se cubren de inmensas alfombras de pétalos de flores a través de las cuales los lugareños hacen gala de su creatividad.

La ciudad se caracteriza por sus viejas casas con balcones coloniales y sus calles estrechas y empedradas. Lo primero que debe conocer ahí es su Plaza de Armas, un bello lugar lleno de historia, ya que es donde se proclamó la independencia de Tarma. En una de sus esquinas está la Catedral de Santa Ana, la cual tiene una arquitectura barroca, hermosos vitrales y una torre con un histórico reloj que fue regalado por el Mariscal Ramón Castilla.

Tarma se encuentra a 230 kilómetros de Lima. Puede llegar en unas seis horas, tomando los buses que parten del Gran Terminal Terrestre de Plaza Norte.

¿Qué conocer?

Este destino está preparado para sorprender a todas las madres, con sus increíbles paisajes e historia. Aquí le contamos los lugares que sí o sí deberá conocer: 

Para las mamás que aman la historia:

Si has llegado hasta Tarma, un destino obligado es la Gruta de Huagapo. Se ubica a 29 kilómetros al norte de la ciudad y es considerada la más profunda de Sudamérica, pues ha sido explorada hasta los 2,800 metros de longitud. En su interior se aprecian estalactitas y estalagmitas que parecen figuras humanas o de animales, como la catedral, la virgen, el cocodrilo, el caballo o la calavera.

Otro lugar de singular atractivo es la Cueva de las Lechuzas, la cual está en el paraje de Villa Paccha, a solo 15 minutos de la ciudad. La gruta es impresionante, pues dentro se pueden encontrar lechuzas, murciélagos y una diversidad de aves.

A 11 kilómetros de la ciudad está el santuario del Señor de Muruhuay, una de las representaciones religiosas más importantes del centro del Perú, que se ubica en la falda del cerro Shalacoto. Allí se puede observar la imagen de Cristo crucificado pintada en una roca, protegido por un vidrio y un escapulario de plata. La festividad del santo es en mayo y atrae a miles de fieles.

 

Para las románticas, la ruta de las flores:

Si mamá busca estar en contacto directo con la naturaleza, deberán visitar la campiña de Sacsamarca, la cual presenta un extenso campo con cultivos de melocotones y deslumbrantes flores como alhelís, pompones, claveles, lirios y gladiolos. 

Una ruta de más aventura es la que va hacia la zona arqueológica de Tarmatambo, la cual cruza el Camino Inca del Capac Ñam. Aunque al lugar se puede llegar en solo 10 minutos, para recorrerlo es necesario estar en forma porque la caminata es relativamente fuerte y la zona está a una altura de 3.400 a 3.600 m.s.n.m. Además, la parte superior alberga 20 hectáreas de restos arqueológicos que encierran un amplio sistema de andenes y canales de irrigación.

La las mamás que aman el arte, la ruta artesanal:

Si quieren conocer de cerca la cultura de la zona, entonces deben ir a San Pedro de Cajas, un poblado mundialmente conocido por su arte del tejido de tapices con motivos paisajísticos y humanos (rostros), elaborados con lana de oveja, alpaca y tintes vegetales. Allí, los artesanos permiten que los visitantes ingresen a sus talleres para mostrarles in situ cómo se elaboraban los tapices.